11 marzo 2014

Conferencia del P. Martino: La batalla de Pontuvio: la segunda Covadonga.

Asistimos en Cistierna a la 5ª lección del P. Eutimio Martino y Siro Sanz, sobre “Los orígenes de la nación española: De los Cántabros a Pelayo” esta vez bajo el título “La batalla de Pontuvio: La segunda Covadonga”

P. Eutimio Martino

El P. Eutimio nos confesó que estaba muy contento de poder desvelarnos este tema, pues ha habido mucha polémica sobre la ubicación de la Batalla de Pontuvio.

Él tenía en la mano las notas de Dion Casio del siglo II, en griego. Siguiendo fuentes clásicas, pateando la geografía, imbuido de la mentalidad de entonces, examinando textos y hallazgos, revive aquellos hechos lejanos en los que el rey Fruela vence a los árabes por los años del 757-767.

Mientras observa en la sala a sus seguidores y amigos empieza su exposición. Nos dice que en el Itinerario Anónimo de Ravena del s.VII, al trazar la Vía Complutum (Alcalá) hacia Astorga, Tarragona y el Pirineo, se citan varias Mansiones o paradas:
Coca, Palantia(Mansilla), Equosera o Acuaselia...

P. Eutimio Martino

¡Ay! pero de esta Mansión de Acuosera o Acuaselia, el P. Martino tiene mucho que decir, pues considera que está ubicada en Oseja, ya que allí hubo un monasterio adscrito a Sahagún, por el año 973: Sta Mª de Oselia. El nombre es claro, ya que Acua se contrae en O, anteponiéndose a un hidrónimo, por ejemplo en Omaña. Entonces Acuaselia sería sinónimo de Oselia, nombre de una fuente junto al monasterio, que hoy aún puede apreciarse la zanja o el bocado en la amplia cortina.

El P. Martino sonríe entusiasmado mientras nos dice:
“Estas averiguaciones no se consiguen así a lo fácil, me han costado trabajo, no insomnios pero sí sueños.”

Otra mansión es Mansio Cougium, que él sitúa en Cangas, con su puente, que aunque alguien dice: “mal llamado romano”, su perfección y solidez testimonia, sin duda, la autoría romana.

La mansión de Arenas de Cabrales, la necrópolis de Valdeón, la presencia del general Belisario, algo tan importante, como una novela, de cine. Todos estos datos, junto a otros hallazgos, marcan el entorno de esta Batalla de Pontuvio.

El P. Martino, siempre de pie, se expresa con todo su cuerpo, se mueve apasionado, reforzando sus decires, sólo la boina permanece quieta, colgada en el pitorro del radiador.

P. Eutimio Martino

Nos cuenta que el jesuita P. Zacarías García Villada, en su “Historia de la Iglesia en España” estudió en profundidad hasta 10 códices, que nombran la batalla en un lugar de Galaecia, y eligió entre otros, el término más ajustado de Pontuvio. Trabajó con miles de notas, muchas fueron destruidas en el año 34 y él mismo fue muerto el uno de octubre de 1936. Su humanidad se conmueve y exclama “esto es también Memoria Histórica”

Después puntualiza que Galaecia se refiere al territorio consignado en la división de Diocleciano, en el siglo III, que llegaba hasta el río Cea y la Cantabria, del que habla Orosio y S. Isidoro, nombre que pervive en el año 905, en diplomas de posesión, del rey Alfonso III y los árabes lo usan también como Gili quilla.

Entonces busca la aprobación de Siro Sanz y le halaga, al informar a la audiencia que sabe mucho y de árabe.

P. Eutimio Martino y Siro Sanz

En cuanto a la localización de Pontuvio, nos dice que en 1915 el General Ricardo Burguete en su libro: “Rectificaciones históricas de Guadalete a Covadonga” habla de que en Pontón en la Montaña de Riaño, fuese el lugar donde se dio esa batalla.

Estos datos que reúne y divulga el P. Martino: “son el trabajo de toda una vida...recoger fuentes que manan subterráneas hasta que un día se abren a la luz”

El nombre del rey Fruela, protagonista de la batalla, queda asimilado, oculto, bajo el de Pelayo. Ambrosio de Morales, historiador de Felipe II, en el siglo XVI, explica esta superposición de nombres “por la memoria que había de la resistencia”.

Esa memoria colectiva de la resistencia al invasor la encontró el P. Eutimio de boca de una señora con la que conversó por el valle de Arcenorio, pues le dijo que allí había habido una Segunda Covadonga: expresión que cautivó al P. Eutimio por ser tan ajustada a la realidad.

Por el éxito obtenido, el rey Fruela mandó edificar cuatro ermitas casi simétricas, dedicadas a Nuestra Señora la Virgen. Dos al Norte de la cordillera: La de Ventaniella y la de Arcenorio. Dos al Sur la de Pontón y la de Riosol. 

Estas se ubican en lugares que corresponden con los valles donde se libraron las contiendas y no tendrían utilidad si hubieran sido colocadas allí para el culto de los habitantes de la zona, pues dista alguna de ellas hasta 12 kilómetros de su núcleo de población. El P. Eutimio nos contó que ir a rezar allí pudo costarle la vida a un paisano, al que él le dio la extremaunción.

La imponente Batalla debió de contar con numerosas huestes sarracenas, se dice 54.000 árabes, los cuales no tendrían más remedio que dividirse en columnas para pasar los estrechos puertos, donde se librarían emboscadas. La ermita de San Miguel hoy en ruínas (el ángel Batallador) existió frente a la Peña el Castiello, a la entrada de Valdosín, el valle por donde sube calzada a buscar el puerto de Ventaniella. Los árabes golpeados irían retrocediendo hasta reagruparse en la Vega de Pontón, donde se perpetró la gran batalla que marcaría el final del empuje agareno por estas tierras y la defensa permanente de la capital del reino. “El soplo del Altísimo fue a favor de los cristianos” reflexiona el P. Eutimio, dejando en su mirada un poso entre devoción y tristeza.

P. Eutimio Martino

En su afán pedagógico, el P. Eutimio siempre nos señala unas claves para aprender a reconocer el paisaje y recomponer la historia: “Sentido común para explicarlo todo y no esconder nada bajo la alfombra”. Analizar todo lo que llega a nuestro conocimiento, aunque sean leyendas que nos parecen sin fundamento, hay que estudiarlas hasta desecharlas o admitirlas.

Para animar la audiencia contó entonces la letrilla que se dice de Ventaniella, cuando Munuza o Muza persiguiendo a la hermana de Pelayo, que se había refugiado en una Venta, se la pedía con amenazas a los que la guardaban. Tras las continuas negativas echó abajo la Venta y desde entonces quedó Ni Venta-ni-ella.

Otra leyenda más es la que encierra el nombre de Amieva, pues dicen que le dedicó la batalla A-mi-Eva. Para Eutimio su Eva, es la Verdad y a ella le dedica sus batallas, sus investigaciones, sus teorías a veces denostadas, pero claras, diáfanas, como es toda Verdad.

Ved el reportaje fotográfico aquí:

Para saber más:
Mapa donde se aprecia la divisoria de la Cordillera Cantábrica y los pasos hacia Cangas de Onís capital del rey Fruela:


Os ponemos a continuación un documento del P. Martino: "León prerromano y cántabro", donde se recoge una síntesis de parte de la lección de hoy:

El resumen de la conferencia elaborado por Siro Sanz

Datos desde el Instituto Bíblico Oriental

El Blog del P. Eutimio

Nuestros artículos sobre P. Martino:


Texto y Fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid



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