18 noviembre 2010

S. Isidro de Dueñas y alrededores

Dentro del Encuentro de amigos del Monasterio de las Benedictinas de Sta María de Carbajal de León, tuvo lugar una excursión que nos llevó a distintos puntos de Palencia.

Salimos de León acompañados de la Virgen del Camino, patrona del pueblo de León, a la que pedimos protección en el caminar, dedicándola una Salve. Después de observar desde la ventanilla distintos lugares y pueblos cargados de historia y literatura, llegamos al monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas.

Cuando salimos del autobús lloviznaba, pero tuvimos suerte de que durante todo el día, se mantuvo a ratines y no nos mojamos casi.

Comenzamos con una misa, celebrada en la capilla, que contiene los restos de S. Rafael Arnaiz, que hacía justo un año de su santificación.

También había un busto sonriente del santo, como queriendo acogernos con alegría:

La Trapa


La capilla era pequeña, pero moderna y albergaba una reprodución del Cristo de Carrizo, que como recordaréis se encontraba en el Monasterio cisterciense de las monjas de Carrizo de la Ribera, León.

Ahora se exhibe en el Museo de León y una reproducción puede verse en la Exposición Raíces, el legado de un Reino, León 910-1230, que actualmente se exhibe en la iglesia de Palat del Rey de León. junto con la mesa del altar cuya pieza original procede de S. Miguel de Escalada:

También había otros hermosos elementos, como este cuadro con un texto de S. Juan de la Cruz o la vidriera que representaba al monje, como ser de Cristo, abierto a las montañas imponentes, a la vida, con el sólo apoyo de Dios.
La Trapa

Oficiaron los sacerdotes que nos acompañaban: D. Pedro, de la iglesia de S. Marcelo de León, D. Antonio de S. Caudio y el Padre Cannals, que estuvo a cargo de los talleres de Liturgia, llevados a cabo en el monasterio de las Benedictinas Carbajalas de León, durante este Encuentro de Amigos.

Al salir fuimos hacia la iglesia, donde los monjes rezaban y cantaban, mientras los fieles y huéspedes de su Hospedería les seguían con devoción.

En la puerta de la iglesia de la Trapa nos hicimos unas fotos el grupo de Amigos:
La Trapa

Luego fuimos a comer a Dueñas, al restaurante Zamorano. Donde tuvimos ocasión de degustar una paella, o alubias con arroz, o una menestra....

¡Qué rico estaba todo! Y lo mejor era que en torno a la mesa, surgía un mejor conocimiento de todos nosotros, pues entre plato y plato charlábamos con cordialidad.

Después de la sobremesa fuimos a visitar el pueblo de Dueñas, que lo conocía perfectamente Domi, ya que estuvo de maestro aquí y se llevó de él muy buenos recuerdos.

Empezamos por sus monumentos más relevantes...El convento-iglesia de los Agustinos lo vimos por exterior.
Iglesia y convento de San Agustín, Dueñas, Palencia

En cambio entramos en Sta María y la guía nos enseñó todo, con detalle.
Parroquia de Santa María de la Asunción, Dueñas, Palencia

Vimos el retablo que preside la Virgen de la O, a la que se tiene gran devoción. Admiramos los sepulcros y esculturas...El famoso Ecce Homo de Diego de Siloé se guarda en el Museo, en la Sacristía, junto con otras piezas de orfebrería de gran valor. Lo que más nos gustó, con mucho, fue el retablo del altar mayor del maestro de Covarrubias:
Dueñas, Palencia

Después nos dirigimos a la localidad de Baños del Cerrato para ver la Iglesia de S. Juan de Baños, donde visitamos su iglesia y su fuente medicinal y milagrosa.
S. Juan de Baños, Baños de Cerrato

El interior del templo tiene un gran encanto. A mi me gustó la corona votiva del rey godo Recesvinto, que pendía sobre el altar mayor.
S. Juan de Baños, Baños de Cerrato

Luego nos fuimos a Palencia. Nuestro amigo Domi hizo de guía y nos llevó a visitar los elementos más emblemáticos de la ciudad, la iglesia de Nuestra Sra. de la Calle, patrona de la ciudad, el convento de las Clarisas, con el famoso Cristo, que cantó Unamuno; la Calle Mayor, el palacio de Villadandro, la Catedral...
Pórtico de la Catedral

Después animados y contentos volvimos a León, en espera del próximo encuentro de amistad.

10 noviembre 2010

Un hayedo junto a Geras de Gordón

Salimos de Geras siguiendo el arroyo Palanco. A nuestra derecha quedaba la Sierra Peña la Cueva. Seguimos hasta un valle, junto a la Carba de los Pozos. Giramos en el Cerellón, de 1551 m. de altitud, para enfilar por El Cobio y Los Corrales y caminar junto al hayedo. A la derecha quedaba El Castillo y el arroyo de la Boyariza, que nos llevaría hasta la carretera, pasando por unas bonitas cascadas.

Geras 06.11.2010

En este viaje a Geras buscábamos el hayedo. La primera parte de la ruta caminamos al lado del arroyo entre las altas peñas de caliza. A la derecha las peñas acababan en crestas y se veían cuevas y oquedades.

Nuestra senda tenía toda la pinta de ser una calzada romana, que parecía que iba a llegar a aquellas amenazantes alturas, donde debía esconderse en las cuevas, la razón de su persecución.

Geras 06.11.2010

Al cabo de un buen rato la angostura de las rocas dio paso a la amplitud de una alta pradería, donde pacían las vacas. Aún tuvimos que subir a la collada desde donde se veía un hermoso paisaje de inmensas montañas, con el Cueto S. Mateo al fondo.

Geras 06.11.2010

Para hacer el regreso a Geras iniciamos el descenso entre prados y hayedos.

Había tal cantidad de colores, los rojos de las hayas, marrones de los robles, amarillos de los abedules y chopos.
Los verdes estaban representados en la pradera y en algunos espinos o salgueros, pero los tonos más bellos estaban en los musgos, que se posaban sobre las piedras mojadas del arroyo, brillando esponjosos y contrastando con el rojizo de la alfombra de hojas o la trasparencia luminosa del arroyo.
Muy contentos admiramos el verde brillante de los acebos, que crecían en corro, facilitando el escondite a los animales salvajes.
También predominaban los grises, que en forma de líquenes cubrían gran parte de las enramadas y subían sin mesura sobre las hayas, vistiéndolas profusamente.

Geras 06.11.2010

El bosque de hayas es algo muy especial. Este árbol sabio consigue mejorar el ecosistema en el que crece. La suave pluviosidad de amaneceres y atardeceres siempre está asegurada en las proximidades de un hayedo.

La abuela haya busca la humedad en el suelo con sus largas raíces y en el cielo atrayendo las nubes, que siempre permanecen próximas a ella.
La sabiduría de sus raíces organiza el terreno facilitando vías subterráneas a pequeños arroyos. Sus ramas nacen espaciosas gracias a una encima que controla la habitabilidad del interior de cada haya y las hojas facilitan la llegada de la luz tamizada dentro de sus copas, donde fácilmente se ubican multitud de animales, creando ecosistemas muy importantes, por ejemplo para los animales hastados.
Llamó nuestra curiosidad la cantidad de muérdago, que crecía en ramas de oxiacantas y robles.
El árbol del Mostajo, con sus frutas rojas y los hermosos brunos morados que se destacaban entre los espinos, nos regalaron sus sencillas frutas. Comer frutos silvestres es una de las oportunidades más interesantes que puede uno esperar en estos días de primacía del Supermercado.

Geras 06.11.2010

Otro lujo de la naturaleza fue contemplar los hermosos caballos y vacas, que pastaban por doquier y las diminutas setas.
De todo guardamos algún recuerdo fotográfico.

03 noviembre 2010

Calzadas Romanas de Peña Corada

Marcha conmemorativa del 1100 Aniversariro del Reino de León por las calzadas romanas de Peña Corada,del Instituto Imperium Legionense.
Al llegar al pueblo de Fuentes de Peñacorada nos hizo una exposición el P. Eutimio Martino, que después documentaría sobre el terreno todas sus teorías. Comenzamos la ruta por la calzada romana baja, la que transcurre a la orilla del río y abría la expedición Siro Sanz, uno de los mejores conocedores/dinamizadores de la comarca, que en la foto se le ve en plan previsor.

Fuentes de Peñacorada

Fuimos animados durante el camino por música de gaita, dulzaina, pandereta y castañuelas, así como los cánticos tradicionales del Reino de León, que nos alegraban la excursión. De cuando en cuando, al hacer un alto en el camino, algún hombre notable tomaba el altavoz para contarnos los detalles de la montaña, de la toponimia, de la historia o de la arquitectura popular, que nos hacían ver con otros ojos el hermoso paisaje circundante.

Mi amigo Santiago es un montañero muy querido por los Clubs de montaña, que también participaban en esta fiesta de cumpleaños del Reino de León. Es uno de los mejores conocedores de la montaña occidental leonesa y nos contó que Peña Corada fue la primera montaña en la que se documentó el primer ascenso deportivo del que tenemos constancia escrita. Dijo que fue la puerta para los Picos de Europa, que se vislumbraron por primera vez desde aquí.

Fuentes de Peñacorada

Veíamos a lo lejos, el macizo montañoso que separa Cistierna de Sabero, presidido por el castillo de Aguilare. El P. Eutimio nos mostraba el terreno y nos explicaba sus topónimos. Nos cuenta que pudo ser el emplazamiento de las “águilas” de la legión romana, durante el tiempo que duraron las guerras de sometimiento de esta zona, suficiente para arraigar el nombre.

Desde el año 1982 en que D. Eutimio publicó su polémico libro “Roma contra Cántabros y Astures” gracias a una incansable observación “in situ” y al estudio de la toponimia, ha seguido deleitándonos con la publicación de sus “Cuadernos de Campo”, donde se recogen las investigaciones sobre las guerras, en esta parte de la provincia de León, en la Cantabria Leonesa.

Nos contó que el macizo de Peña Corada fue el primer bastión de resistencia contra Roma, del occidente de España. Nos señaló unas ondulaciones, una de ellas se llama incluso “el hoyón” y nos comentaba que pudieron ser paneras romanas. Los antiguos del lugar los llamaron hoyos podridos ¿qué extraño nombre para lugares que contenían pan? Pero nos aclaró a continuación que “podrido” deriva de pro-tritico, es decir: “para el trigo” y el trigo era el alimento básico de la legión. Otro topónimo, las “cogollas” serían “Coronas” o castros prerromanos.

Con extraordinaria precisión fue desgranando todos los detalles del camino: aquí un viejo puente oculto por el tiempo, allí una cueva, que la mano del romano amplió, seguramente para alojar “las águilas”, es decir para guardar los estandartes de la legión y el arca del tesoro. Así toda la ruta estaba llena de significado.

1100 años del Reino de León

Respecto a la profusión de calzadas en dirección a la parte alta de los montes, nos aclaró que el historiador Floro en sus escritos, menciona la táctica del ojeo, empleada por los legionarios romanos contra la guerrilla cántabra. Desde lo alto, les acosaban para que bajaran al llano, en una táctica muy parecida a la empleada por los cazadores actuales. Hay quien piensa que las tribus prerromanas que moraban en los altos, aunque estuvieran compuestas por unos pocos individuos ofrecían una resistencia feroz y sólo subiendo a sus guaridas era posible rendirles o recoger sus despojos después de haberse autoinmolado.


Lola Figuerira Mouré en su intervención recordó que, durante su estancia en Cistierna, se cautivó con las historias que circulan por estas tierras y cómo decidió plasmarlo en una novela, Regreso a Vadinia. En ella aparece el caudillo Corocota y su heroico atrevimiento ante el César. También recordó cómo hasta el mismo Julio César sufre el asedio en el que mueren sus porteadores y él es herido, enferma y tiene que retirarse a Tarragona, dejando el resto de la campaña en manos de sus generales.

Javier Callado Cobo nos habló de la arquitectura rural y de la inteligencia con la que, los antiguos pobladores sabían aprovechar los materiales. que la naturaleza ponía a su disposición.

Continuamos por la calzada que nos condujo a la Peña El Castiello, que posiblemente fuera una antigua fortificación prerromana, hoy poblada por un rebaño de apacibles ovejas. Se trata de una explanada allanada artificialmente, pues las morrenas que bajan de la montaña se interrumpen bruscamente al ser tapadas por la tierra. Desde esta altura vertiginosa se observa, que la entrada al valle es en zig-zag, para evitar la penetración del enemigo. La facilidad con la que desde allí se domina todo el contorno y, en fin, el topónimo el “castiello” confirma la existencia de esta fortificación.

Comimos junto a la peña y continuamos la subida con Siro, que nos puntualizó los detalles del antiguo castro prerromano. Desde allí se puede contemplar una impresionante panorámica de los paisajes circundantes. Belleza y naturaleza en estado puro, me atrevería a decir.

Fuentes de Peñacorada

En la Collada se podían ver los dos valles. Por el que habíamos subido era el del río Esla y allí a la derecha, aparecía el valle del Cea, con uno de sus afluentes de cabecera, el Tuéjar. Fue el punto para la intervención de nuestro compañero Ramón, que nos recordó la historia de la familia de los Marqueses de Prado de Valdétuejar y como el león de la heráldica de esta familia se plasmó en el escudo nacional.

Emprendimos la bajada buscando un tramo de la calzada romana de arriba. En las fotos que hicimos se puede apreciar el camino ganado a la roca que parece una fortificación. En la Edad Media supieron aprovechar las piedras de los antiguos enclaves abandonados desde la época romana, en los caminos, fuentes y casas de labranza.

Fue un día completo pues seguí aprendiendo con los mejores. Hablaron representantes de Promonumenta y otros amigos recitaron poesías. Eulogio me acompañaba y nos encaramábamos a los riscos para hacer nuestras mejores fotografías.

Fuentes de Peñacorada

Cuando llegamos al atrio de la iglesia de Fuentes de Peña Corada, nos esperaba la merienda y el orujo. Se leyó un resumen de los reyes de León, cantamos el Himno a León y en el pórtico de la Iglesia, los niños encendieron las velitas del 1100 cumpleaños del Reino.

1100 años del Reino de León

Realmente fue una romería, pero a mucha honra, pues como romeros ganamos un júbilo, al reencontrarnos en la alegría de una fiesta, con nuestras más profundas raíces.
Sólo me resta deciros que me alegró mucho haberos conocido, amigos y ¡hasta la próxima excursión! Que un pajarito rubio me ha contado, que será por las tierras del Infantazgo del Torio.